lunes, 21 de julio de 2008

Un panameño en Chepe por Joseom

Hola todos...de regreso, pero con el artículo de un amigo panameño que hace unos días me había enviado una perspectiva de como había visto chepe, en sus primeras visitas. Es interesante siempre la visión que da la de una persona que viene de afuera, así que procedo a dejarlos con el articulo.

Ya entrando al valle central, donde se ubica San José, diviso a lo lejos ese mar de casitas y edificaciones de poca altura, a diferencia de ciudad de Panamá, donde los edificios altos están asesinando la calidad de vida de la gente, pero en San José apenas uno llega, tiene la sensación de que puede ver más allá del horizonte. Me subo a un taxi y el chofer no pone el taxímetro sino “la maría”, en Panamá no hay ninguna de las dos, por suerte, porque sino serían tan caros como los taxis de “Chepe”, como cariñosamente le dicen los ticos a esta ciudad.
Me bajo en el Paseo Colón, y camino, en un mar de gente fluyendo, gente que viene de sus trabajos, porque ese día es lunes 5 pm. Voy hacia Plaza de la Cultura, pero antes, cerca, voy a una cantina muy acogedora parecidas a las cantinas que hay en el barrio de Santana, en ciudad de Panamá, esa cantina le dicen La Vasconia, ahí las pintas o birras Pilsen o las Imperiales saben mejor con un trasfondo de musiquita de la vieja guardia y voces de bebedores raramente impertinentes. Ahí conozco a uno de ellos, se trata de don Alejandro, maestro jubilado y tapiz en el momento. Tras la birra uno pide una “boca”, que es cualquier plato pero pequeño, para mi es extraño porque en Panamá la mayoría de las cantinas no sirven “bocas”, las cantinas son solo para chupar (beber alcoholes).
Esta ciudad está habitada por gente de muy buenos modales, vi discutir a unos tipos de mal vivir cerca de la “COCA”, que es como decir, el barrio de Calidonia o mercado público en ciudad de Panamá, y según los sonidos y el nivel de vulgaridad, me parecieron hasta corteses en el puteo. Una amiga salió de pelea conmigo y me insultaba de una manera verbal que me daba risa. Luego vi a un viejo que no quiso pagar el pasaje de autobús discutir con el chofer y se puteaban tan amablemente. Tal vez uno sienta esto porque los panameños normalmente somos demasiado caribe, gritones y lleno de muecas al hablar, en otros términos, nuestra semiosfera estará montada sobre otros tonos y señas.
Hablando de Mercado Público, este me parece el más limpio que he conocido, bajo techo, divido por pequeños pasillos que me recuerdan un panal de abejas. Para mi no hay nada como ir a comerse un casado y a tomarse un “fresco” (chica en panameño) de mora. Lo único similar es que esta comida tiene tanta manteca (grasa) como la panameña. Los pintos con huevo humeantes en la mañana y brillantes en manteca, para aderezar la salsa lizano y más manteca o “natilla”. Este dañino plato es tan rico como el arroz con gandul o arroz pintao Panameño, aunque el nuestro tiene menos grasa. Eso si, se lo sirve a uno una tica caderona o una nica pregonera que dice a los que pasan “que le damos, que le sirvo...”. Escuché a algunos amigos quejarse del transporte público, eterno problema urbano, quizá no han vivido en ciudad de Panamá, para saber lo que es de verdad un “problema” del transporte, donde si no te espabilas te patean el culo o te roban o en el peor de los casos te matan. Al menos en el sistema de transporte de San José existe más paciencia y respeto, y las presas (tranques en Panamá) son mucho menos densas. Aunque las calles son angostas hay más calles que en ciudad de Panamá y eso ayuda mucho al flujo de los automotores. Para un panameño, acostumbrado a la idea de otro tipo de ciudad, o de que ciudad es otra cosa, bulliciosa, intransitable, de difíciles olores, Chepe es una ciudad-pueblo tranquila o más bien, un pueblo grande. Como Bogotá, Chepe tiene ese extraño olor a viejo, no un olor químico, sino un olor mental, del imaginario de uno, tal vez será porque ambas están trepadas en cerros nublosos.
Por las calles veo en los semáforos, como en Panamá, a los “pelaos” (carajillos en tico) vendiendo periódicos y cualquier baratija, tal vez aquí el trabajo informal es menos numeroso, pero igualmente que en Panamá, lo primero que ve uno son los “bien cuidao”, o “piedreros” parqueando carros o colocando taxis para los transeúntes a cambio de unas monedas. “San José ya está como ciudad de Panamá...llena de mendigos..” me había dicho una amiga, profesora, que estuvo unos días en Chepe. Tal vez es el síntoma de estos tiempos, porque en otras ciudades del continente que he visto, es la misma cosa. Luego de que un panameño está viviendo un tiempo allí, se da cuenta de que el actual aspecto de Chepe es parte de una época que ya está por irse, que algunos Panameños vimos pasar sobre la ciudad de Panamá hacen más o menos quince años, una nueva época donde la composición del pasado en el paisaje, tan propia y singular, es borrada.
Mirando la pésima calidad mediática del TV comercial tica, no es difícil ignorar las circunstancias sociales que vive Chepe, es un lugar donde nadie cierra una calle (tranque y barricada para protestar) porque le falta agua o energía o no tiene casa o por cualquier reclamo social, como cotidianamente ocurre en ciudad de Panamá, no creo que estas necesidades no las tengan, tal vez la gente aún no reclama derechos de esta manera porque cree en otras cosas.
Bueno, Chepe es lo que uno como panameño podría sentir de una ciudad así, un lugar bonito, tranquilo, buena gente, su arquitectura lo dice todo, que por alguna razón me recuerda a la personalidad del abuelito de Heidi, la niña que vivía encaramada en unos cerros.
Por Joseom, panameño