Calles para caminar Hay formas de caminar y espacios para caminar. Caminar con un destino fijo con rutas conocidas, el pensamiento lejano al camino. El destino es el fin último.

Caminar apurado pero viendo todo lo que sucede alrededor, gentes, caras, sonidos, con destino fijo, con apuro. El tiempo se nos pasa inevitablemente.

Caminar sorteando aceras despedazadas capeandose gente, huecos, postes, sueños, miradas. Caminar sin mirar. El entorno no existe, no se ve, es para ignorar.

Caminar casi en guerra contra los otros, dando codazos, molesto por el contacto con tanta gente, zigzagueando.

Caminar dudando, buscando algo, o deteniéndose con cada vidriera. Pensando en algo que no recordamos, pero la marejada nos lleva hacia adelante.

En Chepe hay muchas formas de caminar, pero hay una que definitivamente está casi ausente. Es para pocos, privilegiados y vagabundos. Es el caminar sin lugar ni destino, recorrer las calles dejándose llevar por el tiempo, por los detalles, por las construcciones que nunca hemos visto, los detalles que jamás hemos percibido, el restaurancito o cafecito que acaba de abrir, lo que podría ser, lo que no vemos. Es vagar un poco por las calles, como vagabundos, sentarse en un parque, conversar, estar al aire libre, en un espacio público, mirando pasar a la gente. De eso casi no hay en chepe. Es más ayer haciendo eso, mi compa me decía...somos los únicos que andamos paseando, y era de noche(6-7pm), y solo algunas sombras pasaban incógnitas.

Yo le decía, eso pasa porque la gente no vive en chepe, Pasa por chepe. Y la gente bajaba de los buses y retomaban en ese automatismo de buscar su destino, su ruta, su nueva parada de bus. La gente tiene siempre algo que hacer, y el espacio público es usado para atravesarlo violentamente. Pasar sin contemplarlo, sin vivirlo. Es útil.

El otro día Jose Pablo desde España, me decía que en Girona, el 80% del tiempo libre, la gente se la pasa en la calle, paseando, caminando, recorriendo el pueblo, en el parque...que estaba impresionado de todos los bebés que veía en España.Y se decía, pero si España tiene una natalidad bajísima. Pues resulta que con baja natalidad y todo, la gente saca a los bebés de sus casas, mientras que aquí se la pasan guardados en casa, pa´ que no se enfermen, o que se yo.

Impresionante el comentario...aquí la gente va de una lado a otro, y se meten a sus casas, pero el espacio libre, el caminar por pasear, estar en la calle, en un espacio público, compartir, es algo que pocos conocen, y tal ves nunca han experimentado en la ciudad. Hay unas calles, que andan repletas de pasantes, de transeúntes apurados y productivos. Están otras que están solas y desoladas, nadie sabe donde están ni para qué, porque por ahí no hay que pasar para ir a algún lugar importante. En eso los indigentes no llevan una clara ventaja. No hay una acera tan sucia como para no sentarse o un parque donde tomar una buena siesta.